Durante el transcurso de las actividades del diario vivir para las mujeres que transitan por las calles de cualquier ciudad o pueblo de Chile, suele ser común recibir alguna calificación o pronunciamiento sobre su físico, manera de vestir o simplemente su caminar.
De esta manera, señora y señorita prepárense a vivir su experiencia en femenino dentro los parámetros sociabilizados en este país, porque no sufrirán discriminación alguna y será completamente visible como objeto de vitrina de tienda, en que nadie se preocupó o le interesó saber si a usted le interesaba participar, como también si tenía la necesidad de que alguien se encargara de recordarle su existencia, por medio de voces masculinas u otras exclamaciones dirigidas particularmente al cuerpo femenino.
Por Daniela Andrade Zubia.
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